¿Y ésta frente a mí?
Ésta es especial, singular, en ella se retratan personajes evocadores, triunfales, inspiradores, modelos enmarcados por una oscuridad que les persigue, buscando ese guiño cómplice y nervioso de quien les retrata.
¡Ay, esa puerta!, ¡qué catarsis!, ¡cuánta belleza!,¡cuánto amor! (amar es abrir o cerrar puertas, a veces de un estrepitoso portazo), como si fuera un puente, un lugar de paso donde nos formulamos la siguiente pregunta: ¿la cruzaremos o no?
Así, si observan una puerta y concluyen que deben distanciarse de su condición de objeto real, no olviden nunca repetirse a modo de mantra, que una puerta es una puerta, es una puerta, es una puerta, es una puerta … ¿o no?