La historia comienza con la instantánea de un espectador anónimo, retratado con su bicicleta, e iluminado por un atardecer de finales de mayo. Él observa, y se rinde al cuento de un micro-relato, nos abren la puerta a un fugaz pero intenso viaje desde Sevilla a Barcelona, y bajando hacia el Algarve por Castilla para terminar en Isla Cristina. Un viaje, mental o no, por micro historias que conforman un mosaico veraniego cualquiera...e irrepetible.